Soledad (en tonos violetas)

"Cuando no alcanza el amor que ofreces, y peleas una causa perdida el amor se transforma en herida que no cierra, que no deja ver...". Hoy y tantos otros días, doy gracias a la música por brindarme un mundo que aún sigo cuestionándome e investigando a diario. Pero sucede que nuestra estirpe humana, peca insasiablemente de inconformidades. Cuan osado pude ser para creer que un mundo tan basto como la música no puede abarcar todos mis cuestionamientos, si ella muestra de manera sublime como sangran mis heridas. Cuan osado puede ser uno, en decirse que no es suficiente, pues no responde a tantas preguntas. Un día diferente e igual a los demás, viajando en un impulso transparente, se despertó la terrible idea de intervenir aquél instrumento. No sólo me invadió el riesgo de estropear aquella fuente iluminada, sino que además, tuve que lanzarme a descubrir su nueva interface. Creo que confié ciegamente en que siempre hay una nueva forma de demostrar lo que uno siente y deja sentir. Soledad, mi guitarra, es la amante eterna que espera mis ganas, que busca siempre mi voz y mis manos. Un día de impulsos y catársis, me encontré pintandola, pintando mi soledad. Decidí entonces, impregnar la forma visual de mi música, a través de un dibujo. Desde aquél día, adoptó otras formas, otros colores... pareciera ser que siempre que se cierra un paradigma, se abre uno nuevo.